No sabía que hacer (cuando me he levantado), Gim, paseo por
el centro, coger el coche y dejar que me llevara. ¡Que problema! Un sábado por
la mañana nublado de agosto.
Me voy a dar una vuelta por mi barrio, y hoy hay mercadito. Lo he acertado.
Lo primero que me encontrado al llegar a los primeros puestos; Mas que encontrar, oír, es una musiquita. Con una flauta pan (creo que se llama), una amplificador colgado del hombro, junto con el bafle correspondiente, y un micrófono que alternaba con la flauta: Un tipo por su puesto de aquellas tierras, estaba alegrando la vida a un montón de personas que pasaban por allí y que no se daban ni cuenta que el tipo cantaba y tocaba maravillosamente bien. ¡Vivala
Madre que lo parió!
La policía local debía de estar lejos, porque había muchos africanos, inmigrantes con sus videos a 1 €, calzoncillos, chandals, perfumes, todo de las primeras marcas y como no, las graciosas gitanas ofreciéndote ristras de ajos y yo que se, a unos precios cojonudos y con una gracia impresionante.
Yo me he parado en el puesto de plantas, ¡madre mía! Que cantidad de plantas había allí, (no se como le caben en la camioneta que las transporta).
Yo quería una kentía y no había; El jefe quería endiñarme o un romero o un jazmín (ya me dirás la diferencia), pero mientras hablábamos de vez en cuando interrumpía la conversación y gritaba: “ ¡NENA! TODO BARATO, MIRA QUE PRECIOS, MIRA, MIRA” y luego seguíamos hablando.
Muchas cosas me han llamado la atención, aunque estoy acostumbrado al “Mercadillo”. En un puesto de los legales de ropa interior, había calzoncillos que en vez de falsos de los negros de Calvin Klein, llevaban un letrero en la goma que decía: DULCE CAMINO –cachondos esos fabricantes-
Luego me he dado una vuelta por Mercadona y por Consum.
Yo no se como lo hace el “Roig” y como motiva al personal, pero que bien lo hacen la gente de Mercadona, y perdonarme, es mi debilidad “la atención al cliente” (un día hablaremos de ello nada mas y en exclusiva). Aquí he picado varias cositas, sobre todo destaco un vino de Somontano con una relación de calidad precio, creo que cojonuda.
Había un empleado cachondo que llamaba la atención sobre los melones y decía: TOTAL GARANTIA, SI NO OS GUSTA OS LO CAMBIAMOS EL DOMINGO. Gracioso el cabronazo.
He tenido la suerte de no encontrarme con nadie conocido, (alguno de lejos he visto y confieso que he tratado de no….) Iba a gusto solo, disfrutaba de mi paseo.
Se puede decir sin duda que ha sido una mañana y un paseo gratificante.
He rematado la mañana nada mas llegar a casa, poniendo musiquita, abriendo la botella de vino y poniendo en marcha una tortilla paquera. WOOOO!!!!!
Me voy a dar una vuelta por mi barrio, y hoy hay mercadito. Lo he acertado.
Lo primero que me encontrado al llegar a los primeros puestos; Mas que encontrar, oír, es una musiquita. Con una flauta pan (creo que se llama), una amplificador colgado del hombro, junto con el bafle correspondiente, y un micrófono que alternaba con la flauta: Un tipo por su puesto de aquellas tierras, estaba alegrando la vida a un montón de personas que pasaban por allí y que no se daban ni cuenta que el tipo cantaba y tocaba maravillosamente bien. ¡Viva
La policía local debía de estar lejos, porque había muchos africanos, inmigrantes con sus videos a 1 €, calzoncillos, chandals, perfumes, todo de las primeras marcas y como no, las graciosas gitanas ofreciéndote ristras de ajos y yo que se, a unos precios cojonudos y con una gracia impresionante.
Yo me he parado en el puesto de plantas, ¡madre mía! Que cantidad de plantas había allí, (no se como le caben en la camioneta que las transporta).
Yo quería una kentía y no había; El jefe quería endiñarme o un romero o un jazmín (ya me dirás la diferencia), pero mientras hablábamos de vez en cuando interrumpía la conversación y gritaba: “ ¡NENA! TODO BARATO, MIRA QUE PRECIOS, MIRA, MIRA” y luego seguíamos hablando.
Muchas cosas me han llamado la atención, aunque estoy acostumbrado al “Mercadillo”. En un puesto de los legales de ropa interior, había calzoncillos que en vez de falsos de los negros de Calvin Klein, llevaban un letrero en la goma que decía: DULCE CAMINO –cachondos esos fabricantes-
Luego me he dado una vuelta por Mercadona y por Consum.
Yo no se como lo hace el “Roig” y como motiva al personal, pero que bien lo hacen la gente de Mercadona, y perdonarme, es mi debilidad “la atención al cliente” (un día hablaremos de ello nada mas y en exclusiva). Aquí he picado varias cositas, sobre todo destaco un vino de Somontano con una relación de calidad precio, creo que cojonuda.
Había un empleado cachondo que llamaba la atención sobre los melones y decía: TOTAL GARANTIA, SI NO OS GUSTA OS LO CAMBIAMOS EL DOMINGO. Gracioso el cabronazo.
He tenido la suerte de no encontrarme con nadie conocido, (alguno de lejos he visto y confieso que he tratado de no….) Iba a gusto solo, disfrutaba de mi paseo.
Se puede decir sin duda que ha sido una mañana y un paseo gratificante.
He rematado la mañana nada mas llegar a casa, poniendo musiquita, abriendo la botella de vino y poniendo en marcha una tortilla paquera. WOOOO!!!!!
De acuerdo con todo, PASCO.
ResponderEliminarEl barrio en el que uno se ha enquistado desde hace muchos años, si no hay nada que lo joda, acaba formando parte de su piel y de su alma.
A mí también me encanta mi barrio. Se me ha metido dentro. Y me gusta saludar a un montón de gente que no podía hacerlo en mis muchos años de trabajo. (Ojo, también aprender a evitar, con un simple cambio de acera, al pesado o pesada que se te viene encima).
Pero sí, PASCO, el barrio, sin entrar en mayores profundidades, es importante para la persona que en el vive y a él se ha acostumbrado, con sus vecinbos incluidos.
Yo también tengo un buen barrio y con muy buena gente de vecinos.
Así siga. O amén.
DESVENCIJADO.